En el sector de las obras de paisajismo, el éxito de un proyecto no reside únicamente en un diseño profesional, sino en su fiel ejecución en la realidad. El nexo que une esa visión inicial con un jardín final, próspero y espectacular, se construye en gran parte con materiales vivos de la más alta calidad. Es aquí donde un proceso fundamental, a menudo desconocido para el cliente final, se convierte en la base del éxito: El marcado en vivero como garantía de calidad de la planta.

¿Qué es el marcado de planta en vivero y por qué es crucial?

Lejos de ser una simple compra por catálogo, el marcado de planta en vivero es un acto de selección personal y meticuloso. Este consiste en que el profesional responsable del proyecto, ya sea un ingeniero agrónomo, un arquitecto paisajista o un jefe de proyecto, se desplace personalmente al vivero de producción para escoger, uno a uno, los ejemplares que formarán parte del jardín.

No se trata de comprar diez ejemplares de Taxus baccata o de Jacaranda mimosifolia, sino de elegir aquellos diez Taxus baccata o Jacaranda mimosifolia específicos, aquellos cuya forma, estructura, vigor y sanidad vegetal se alinean perfectamente con la intención del diseño. Es por ello, que en V2 Jardinería y Paisajismo, nuestro Ingeniero Técnico Agrícola y Máster en Jardinería y Paisajismo, Víctor Manuel Gil Puerta, se desplace personalmente a nuestros viveros proveedores de planta para marcar personalmente cada planta considerada fundamental para nuestros proyectos.

Víctor Manuel Gil realizando el marcado de planta en vivero para arbustos singulares

La importancia de elegir el ejemplar de cada planta

Un proyecto de paisajismo de calidad se define por los detalles. Cada árbol, cada arbusto, tiene una función: crear una sombra acogedora, formar una pantalla visual, ser un punto focal que atraiga todas las miradas… El marcado permite al paisajista seleccionar el ejemplar con las cualidades adecuadas para cada rol.

Por ejemplo, un árbol destinado a ser el protagonista de un espacio abierto debe tener un porte escultural y equilibrado, mientras que los árboles de un alineamiento deben presentar una estructura y altura de copa homogéneas para crear un ritmo visual coherente.

Esta selección directa en origen es la máxima garantía de que la calidad de la planta no se deja al azar. De esta forma se evitan las sorpresas desagradables, como recibir ejemplares de calidad desigual, con portes inadecuados o con una sanidad vegetal deficiente que comprometería su cometido y, con ello, el resultado del proyecto a largo plazo.

Una garantía tangible para el cliente final

Para el cliente, tanto particular, corporativo como de la administración, el concepto de marcado de planta en vivero es sinónimo de compromiso y excelencia. Representa la seguridad de que la inversión realizada se materializará en un jardín que no solo es fiel al diseño, sino que está compuesto por los mejores ejemplares vegetales posibles. Es la diferencia entre un jardín estándar y uno de élite, donde cada elemento ha sido escogido con un propósito y un criterio experto.

El proceso de marcado, establece un diálogo entre el paisajista y el viverista. Este marcado se realiza en el corazón de la producción: el vivero. Es un trabajo de campo que requiere experiencia multidisciplinar, ya que tan importante son los conocimientos botánicos asociados al cultivo y características de la planta, como aquellos a nivel estético y funcional que tendrán lugar una vez plantada en el jardín.

Poniendo como ejemplo al método de trabajo realizado por Víctor Manuel Gil, este, una vez en el vivero, recorre las hileras de cultivo, evaluando las plantas candidatas al proyecto. Según encuentra el ejemplar adecuado, procede a su identificación mediante la colocación de una etiqueta, un precinto o una cinta específica, intransferible y duradera, que funcionará como el «pasaporte» de esa planta. Este sello garantiza que el ejemplar seleccionado y pagado será exactamente el mismo que se extraerá, se transportará y se plantará en la obra para la que está proyectada.

Siguiendo con nuestro ejemplo, Víctor Manuel Gil no solo busca las especies y variedades correctas, sino que, como avanzábamos, analiza un conjunto de factores que determinan la calidad extra de cada ejemplar. Entre estos factores se encuentran:

  • Su porte y la estructura: Se busca una arquitectura de ramas equilibrada y fuerte.
  • El diámetro del tronco y la altura de la cruz: Se comprueba que las dimensiones sean acordes al diseño, especialmente la altura a la que nacen las primeras ramas.
  • El cepellón: Se valora un sistema radicular sano y fibroso, clave para una rápida adaptación tras el trasplante.
  • Su sanidad vegetal: Se realiza una inspección visual exhaustiva para descartar plagas, enfermedades o signos de estrés.

Detalle del proceso de marcado de planta en vivero sobre arbustos ejemplares

¿Qué plantas se marcan y cuáles se reservan?

Este proceso de marcado tan detallado se reserva para las plantas que tienen un mayor impacto estructural y estético en el proyecto. Hablamos principalmente de árboles, grandes arbustos, plantas topiarias y ejemplares singulares que, por su tamaño o forma, son piezas únicas e irremplazables.

Por otro lado, existen plantas que, por su naturaleza, no se marcan individualmente. Para las plantas de temporada, vivaces o tapizantes, que se utilizan en grandes cantidades y cuya homogeneidad es alta, se realiza una reserva de lotes que cumplen con un estándar de calidad definido. Lo mismo ocurre con los tepes de césped natural, que se contratan por metros cuadrados de una calidad y variedad específicas. Aquí la selección en realidad recae directamente sobre la selección del proveedor.

En los dos casos, la figura del viverista también es crucial y en el caso de V2 Jardinería y Paisajismo, poseemos proveedores tanto a nivel nacional como internacional, siendo Italia, y en concreto, la zona de Pistoia, uno de los ejemplos de abastecimiento de planta de gran calidad.

Víctor Manuel Gil marca arbustos ejemplares en el vivero para un proyecto de paisajismo

Trazabilidad y logística: del vivero a la obra

Volviendo a una vez marcada la planta, esta queda bajo la responsabilidad del vivero hasta la fecha de entrega acordada. El marcado suele realizarse con meses de antelación, especialmente en grandes proyectos, para permitir que el viverista prepare la planta para el trasplante, un proceso que puede incluir podas de raíz para asegurar su supervivencia.

El sistema de etiquetado garantiza una trazabilidad total. Desde su selección hasta su llegada a destino, se sabe perfectamente cuál es cada ejemplar.

En ocasiones, estos ejemplares van a viveros de recepción para que las plantas marcadas pueden aclimatarse durante un tiempo antes de su plantación definitiva, lo que supone un control de calidad adicional y reduce el estrés del trasplante.

Con el marcado de planta en vivero, V2 Jardinería y Paisajismo muestra mucho más que una simple compra: es una declaración de intenciones, un ejercicio de profesionalidad que eleva la calidad de cualquiera de nuestros proyectos de jardinería.