Si bien en un anterior artículo abordamos el césped en el paisajismo contemporáneo, en esta ocasión nos centraremos en el valor del césped en tepe para transformar espacio. No solo como un componente de un jardín a la hora de su ejecución, sino como un elemento vivo que aporta valor, bienestar y un retorno estético y funcional inmediato a cualquier proyecto.
El origen y evolución del tepe.
Para entender el valor del tepe, es interesante que conozcamos un poco su historia. La técnica de cultivar y trasplantar césped no es nueva; tiene sus raíces en la antigua China y las culturas de Oriente Medio, donde se utilizaba para estabilizar suelos y crear alfombras verdes en jardines imperiales.
Sin embargo, su profesionalización e industrialización a gran escala son un fenómeno relativamente reciente, impulsado por la necesidad de soluciones rápidas y fiables para superficies ajardinadas, así como para campos de golf y estadios deportivos principalmente.
En España, el sector ha experimentado una evolución notable. Un número reducido de empresas introdujeron la producción industrial de tepe, adaptando la tecnología y los conocimientos agronómicos a las particularidades de nuestro clima. Desde entonces, el mercado ha crecido con la aparición de nuevas empresas que no solo cultivan, sino que investigan y perfeccionan variedades adaptadas a las exigencias de nuestra geografía y usos específicos.
Esta evolución ha democratizado el acceso a un producto de alta calidad, que antes estaba reservado para proyectos de élite, poniéndolo al alcance de cualquier propietario o entidad pública que busque la excelencia en su jardín.
Pero utilizando el símil de “no es oro todo lo que reluce”, bajo la expresión “césped en tepe”, hay todo un mundo que, si no se conoce bien, los resultados de su aplicación pueden ser muy distintos. Por ello, desde el equipo de diseño de Paisajismo y Jardinería V2, ante cada proyecto, elegimos, no solo la mezcla de especies y variedades utilizadas en ese tepe en concreto, sino su empresa de procedencia, logística de transporte y método de aplicación en el jardín. Toda su cadena de valor debe estar controlada para el éxito de la implantación de un césped en tepe.
El tepe como recurso para múltiples soluciones.
La versatilidad del tepe radica en su capacidad para ofrecer una solución a medida para cada proyecto y necesidad. No es lo mismo un césped para una zona de juego familiar que para una de simplemente estancia. Y por supuesto, las diferencias son mayores si su aplicación es en una zona ajardinada urbana o para un campo de un estadio de fútbol profesional, por ejemplo. En este sentido los productores de tepe han sabido gestionar esta diversidad, ofreciendo mezclas de variedades con características específicas.
Desde Paisajismo y Jardinería V2, por ir exponiendo algunos ejemplos que aclaren estas diferencias entre tipos de espacios a ajardinar con tepes, para la jardinería residencial o un jardín privado, el tepe debe ser preferentemente robusto y visualmente atractivo. En este ámbito, las mezclas de Festuca arundinacea, Ray grass inglés y Poa Pratense son las más populares. Su capacidad para soportar un uso moderado, su resistencia a la sequía y su color intenso las convierten en la elección preferida.
Las mezclas de estas especies varían, pero se sitúan en torno a un 70 % de Festuca arundinacea, un 20 % de Ray grass y un 10 % Poa pratense. Mezclas que ofrecen soluciones que garantizan un resultado estético y funcional duradero. Destacar que, además, pueden intervenir otras especies en estas mezclas, que quedan a la elección de cada casa comercial.
Para las áreas deportivas y de alto tráfico, en estos casos, la resistencia y la recuperación son las claves. El uso de variedades de Cynodon Dactylon (Grama) o la combinación de Ray grass con Poa para campos de fútbol de clima frío suelen ser las más habituales. Hay empresas que se han especializado en este segmento, produciendo variedades de alta gama capaces de soportar la intensidad de un partido de fútbol o el exigente mantenimiento de un campo de golf, demostrando que el tepe es una inversión en rendimiento y seguridad.
En cuanto para la jardinería pública y áreas verdes, en parques y grandes espacios, la elección se inclina hacia variedades que combinen resistencia, bajo mantenimiento y eficiencia hídrica. Aquí, la Festuca arundinacea es una de las especies que, por su profundo sistema radicular, es una buena opción. En este segmento de utilización, el tepe también permite una rápida revegetación de taludes y áreas degradadas, previniendo la erosión y ofreciendo un resultado de impacto inmediato que beneficia a toda la ciudadanía.
Proceso de implantación del césped en tepe.
Un tepe de calidad requiere un proceso de instalación meticuloso. No se trata de un simple «desenrollar y listo», sino de un acto técnico que garantice el éxito a largo plazo.
Nuestro equipo de proyectos de paisajismo, trabaja con empresas viverísticas que nos garantizan, no solo la calidad el tepe, sino también su logística desde el vivero de producción hasta nuestra zona de trabajo: el tepe debe llegrar en óptimas condiciones. Recordemos que estamos ante plantas vivas, que son sometidas a un arranque, enrollado para su traslado y sometidas al peso y ambiente que se producen entre los mimos rollos.
Dicho esto, abordamos la preparación del terreno: El éxito del proyecto comienza bajo tierra. El suelo debe ser labrado, aireado y nivelado. Es importante eliminar malas hierbas, piedras y cualquier obstáculo que impida el enraizamiento, y establecer una buena base, con la incorporación de arena y/o materia orgánica para mejorar el terreno, garantizar su drenaje y la porosidad adecuada.
Para la colocación del tepe, las planchas deben distribuirse de forma escalonada, como ladrillos en una pared, asegurando que no queden huecos entre ellas. Este paso requiere habilidad y atención al detalle para crear una superficie uniforme y un acabado perfecto.
Una vez extendido, el riego inicial es uno de los momentos más a tener en cuenta. Debe ser abundante y profundo, hasta que el agua sature por completo la base del tepe y el sustrato inferior. Esto, por una parte, hidrata la planta y por otra, estimula la rápida unión de las raíces al nuevo suelo.
Una vez regado, se procede al llamado rodado, que consiste en pasar un rodillo por toda la superficie para eliminar el aire atrapado entre las raíces y el suelo. Esto asegura un contacto óptimo, muy importante para un enraizamiento exitoso.
En cuanto a los primeros mantenimientos, durante las dos primeras semanas, el riego debe ser frecuente para mantener la humedad. El primer corte se realiza cuando el césped alcanza una altura de entre 7 y 9 centímetros, eliminando tan solo un tercio de la altura de la hoja para no estresar la planta. Posteriormente, ya se puede reducir la frecuencia de riego y comenzar con un plan de fertilización adecuado.
La inversión de un césped en tepe.
Si bien el tepe es una inversión, sus beneficios superan con creces su mayor coste inicial en comparación con la siembra.
Entre sus ventajas inmediatas, la más evidente es el resultado instantáneo. En cuestión de horas, un terreno virgen se transforma en una alfombra verde, lista para ser disfrutada. Esto evita la larga espera de la siembra (que puede tomar meses) y la lucha constante contra las malas hierbas durante la fase de crecimiento. El tepe, al ser un césped ya desarrollado, no permite la proliferación de malas hierbas, lo que reduce, entre otras cosas, la necesidad de utilización de herbicidas.
Respecto a su eficiencia y funcionalidad, el césped en tepe ofrece un control de la erosión inmediato, ideal para taludes o terrenos inclinados. Además, su densidad y uniformidad son incomparables con el césped semillado, proporcionando una superficie segura y resistente para el juego de los niños o el esparcimiento familiar.
Por supuesto tiene sus consideraciones de desventaja como, por ejemplo, es el coste. La producción, transporte e instalación de tepe son más caros que los de la siembra. Esta es la razón por la que, en proyectos de jardinería pública de grandes superficies, optemos en muchos casos, por la siembra.
El césped en tepe más allá de la estética.
Para nuestro equipo, el césped en tepe es un elemento base del jardín, el nexo que unifica y da sentido a todos los demás componentes del diseño. Un tapiz vivo sobre el que se articulan árboles, arbustos, parterres florales, caminos y zonas de estancia. Es el elemento que dialoga con la piedra, la madera y el agua, creando una sinfonía visual y sensorial.
Puestos a implantar un área de césped, en Paisajismo y Jardinería V2, la elección de un césped mediante tepe es una decisión estratégica que define la estructura y el alma del jardín desde su concepción, así como abordar su ejecución de la forma más eficaz y eficiente para nuestros clientes. Y como ya hemos avanzado, nuestra labor no se limita a su correcta instalación; radica en integrarlo de forma que cada línea, textura y color del paisaje confluyan en él. El área creada con césped en tepe se convierta así en el hilo conductor que garantiza la cohesión del conjunto, aportando una base de perfección inmediata que eleva la calidad percibida de todo el espacio.
Esta filosofía de integración indisoluble es la que nos permite entregar a nuestros clientes mucho más que un jardín estéticamente impecable. Les entregamos un escenario para la vida y una satisfacción que trasciende lo visual y que se experimenta con todos los sentidos como, por ejemplo, la sensación de frescor y suavidad al caminar o su aroma a hierba recién cortada.
Podemos afirmar desde Paisajismo y Jardinería V2, que el valor del tepe reside en su capacidad para convertir un proyecto de paisajismo en un hogar vivido, disfrutado y compartido en tiempo récord.
Autor: Departamento de Comunicación de V2 Paisajismo y Jardinería.