La Escala de Alergenicidad Vegetal (EAV) en el contexto aerobiológico español tiene similitudes con la Escala de Alergenicidad Vegetal de Ogren (OPALS, por sus siglas en inglés), si bien no la representa exactamente, aunque sí funcionalmente.
Esta escala (EAV) tiene, entre sus diferentes implicaciones, la intersección entre la planificación del paisaje urbano y la salud pública respiratoria, porque en un contexto donde la prevalencia de alergias estacionales y asma ha alcanzado proporciones epidémicas en las sociedades industrializadas, incluidas las áreas metropolitanas de España, la selección botánica es un factor determinante de la calidad de vida.
La Escala de Alergenicidad Vegetal en el paisajismo y la jardinería.
En V2 Paisajismo y Jardinería, se nos presentan proyectos de diseño en los que tenemos tener en cuenta criterios de evaluación de OPALS. Es en ellos donde examinamos la teoría del «sexismo botánico» como causa raíz de la crisis actual de polen y, analizamos las especies predominantes en la jardinería española, proponiendo alternativas basadas en la evidencia aerobiológica y fenológica.
La paradoja verde y la crisis respiratoria urbana.
La urbanización actual se enfrenta a una contradicción fundamental conocida como la «paradoja verde». Mientras que las administraciones públicas y los organismos internacionales promueven la expansión de la infraestructura verde como herramienta indispensable para la mitigación del cambio climático, la reducción de la isla de calor y la mejora de la salud mental, los indicadores de salud respiratoria muestran una tendencia inversa preocupante. En las últimas cuatro décadas, la incidencia de rinitis alérgica, conjuntivitis y asma bronquial asociada a pólenes ha experimentado un crecimiento exponencial.
En España, según datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), las enfermedades alérgicas afectan a más de un 30 % de la población, siendo los pólenes uno de los principales desencadenantes.
Tradicionalmente, este aumento se ha atribuido a la «hipótesis de la higiene» o al efecto potenciador de la contaminación atmosférica (partículas diésel y óxidos de nitrógeno) sobre los granos de polen. Sin embargo, una línea de investigación liderada por el horticultor y epidemiólogo Thomas Leo Ogren sugiere que la composición botánica de nuestras ciudades no es un espectador pasivo, sino un agente causal directo debido a prácticas de selección de especies fundamentalmente erróneas.
Por qué la necesidad de una escala de alergenicidad vegetal estandarizada.
Hasta la aparición de la escala OPALS y escala de alergenicidad vegetal, la jardinería y el paisajismo carecían de una métrica unificada para evaluar el impacto biológico de las plantas en la salud humana. El sistema, en concreto la escala OPALS, asigna un número entero del 1 al 10 a cada planta, donde 1 representa una planta con riesgo alergénico virtualmente nulo y 10 indica una planta capaz de desencadenar reacciones inmunológicas severas, incluso anafilaxia o crisis asmáticas graves.
Volviendo a diseño de jardines, los criterios de selección se limitaban a la estética, la resistencia climática, la rapidez de crecimiento y, crucialmente, la limpieza, especialmente en la ausencia de frutos y semillas en el suelo.
Esta priorización de la «limpieza» sobre la «inocuidad aérea» ha transformado los entornos urbanos en cámaras de alta concentración de aeroalérgenos, por lo que la escala de alergenicidad vegetal (y escala OPALS), han surgido como una respuesta taxonómica y toxicológica a esta negligencia, proporcionando un marco cuantitativo para reevaluar el bosque y jardín urbano.
La biología reproductiva y vector de polinización.
El criterio más influyente en la escala es el mecanismo de transporte del polen y es aquí donde hacemos la distinción de anemofilia y entomofilia sobre la forma de dispersión del polen.
La anemofilia significa la polinización por viento. En esta modalidad, las plantas tienden a depender del viento para su reproducción, optando por saturar el aire con millones de granos de polen para asegurar que uno alcance el estigma de una flor femenina. Este polen es evolutivamente diseñado para ser ligero, aerodinámico y viajar grandes distancias llegando a kilómetros. Las especies anemófilas reciben sistemáticamente las puntuaciones más altas en OPALS, siendo un ejemplo de ello los Cupressus spp, Olea o el Platanus spp.
Respecto a la entomofilia, significa la polinización por insectos. En este caso, las plantas que coevolucionaron con insectos, como por ejemplolas abejas, mariposas o escarabajos, producen polen en cantidades menores. Este polen es físicamente pesado, pegajoso y a menudo está recubierto de lípidos para adherirse al cuerpo del insecto vector. Raramente se suspende en el aire a menos que se manipule la flor directamente. Por consiguiente, estas especies suelen recibir puntuaciones bajas, del 1 al 4 en el caso de la escala OPALS.

Tipos de especies según su dimorfismo sexual y sistema reproductivo.
En ocasiones, nuestro equipo de diseño V2 Paisajismo y Jardinería, explica a nuestros clientes, a menudo como curiosidad y en otros casos el porqué de algunas elecciones de especies y variedades, los diferentes criterios según su dimorfismo sexual y sistema reproductivo.
Al margen de partir y matizar que la escala OPALS penaliza severamente a las plantas dioicas masculinas, los diferentes dimorfismos sexualales vegetales son las dioicas, especies que tienen individuos separados por sexo (pies machos y pies hembras, como por ejemplo el Phoenix spp. (palmera datilera o canaria) o el Ginkgo biloba.
Dentro de las dioicas, tenemos el denominado planta macho dioico, productor neto de polen sin ninguna capacidad de absorción y su función biológica es la emisión continua. Y la planta hembra dioica, que no posee estambres y, por tanto, no produce polen. Biológicamente, actúa como un «sumidero» de polen, capturando partículas del aire en sus estigmas pegajosos y convirtiéndolas en semilla.
Por otra parte, tenemos las plantas monoicas. Son especies con flores masculinas y femeninas en el mismo árbol, como por ejemplo los Pinus spp. (los pinos) o los Quercus spp. (las carrascas y alcornoques).
Y, por otra parte, tenemos las hermafroditas, denominadas por muchos como las “flores Perfectas”, por contener ambos sexos en la misma flor. Ejemplos de este tipo de plantas son las rosas, el Agapanthus africanus o el tulipán.
Diseño de jardines hipoalérgicos.
Derivado de todo ello, es cuando aparece en escena el diseño de jardines hipoalérgicos, orientando, entre otros objetivos, a paliar el resultado de décadas de «sexismo botánico» y planificación urbana, centrada en el bajo mantenimiento en detrimento de la salud respiratoria.
Sin embargo, el camino hacia ciudades hipoalergénicas es viable. La sustitución de especies de alto riesgo por alternativas entomófilas nativas, como el madroño; la selección de cultivares estériles y la reintroducción de árboles femeninos, pueden reducir drásticamente la carga alergénica.
Así, el equipo de diseño de V2 Paisajismo y Jardinería, opina que integrar los criterios OPALS (o sus equivalentes académicos locales como el IAP) en las Normas Tecnológicas de Jardinería y en los Planes de Infraestructura Verde de municipios españoles es una medida de salud preventiva urgente y eficaz.
Autor: Departamento de Comunicación de V2 Paisajismo y Jardinería.